lunes, 22 de agosto de 2016

La albahaca y la Fiesta de El Socorro


               
La costumbre de adornar la Ermita de El Socorro con albahaca es muy antigua, siendo imposible determinar la fecha exacta del comienzo de algo que hoy se ha convertido en uno de los símbolos de identidad de esta singular Fiesta.
                El origen del adorno vegetal de la Ermita (albahaca, lluvias, ramas de palmeras, dátiles y gran variedad de flores) se pierde en el tiempo. Siempre ha sido una costumbre el adorno vegetal en las festividades, tanto en los recintos religiosos como en los exteriores, y más  aún en el caso de de la Virgen del Socorro que había sido nombrada Patrona de los Campos y la Sementera el 18 de diciembre de 1643, año en que además se creó su Cofradía: “Estando presente Juan Díez Lugo, Beneficiado de la Parroquia de San Pedro de Güímar y Santa Ana de Candelaria en la puerta de la ermita, a los allí reunidos les dice que nombren a la Virgen del Socorro y su Precioso Hijo, su abogada por las necesidades de agua que había en las sementeras”

                Don Tomás Cruz García, en su libro BREVES APUNTES HISTÓRICOS DE LA VILLA DE GÜÍMAR hace referencia esta planta aromática en el capítulo dedicado a la Fiesta de Nuestra Señora de El Socorro. Cuando describe la Bajada de la Virgen, nos dice: “va acompañada de su Mayordomo, cargo que desde hace gran número de años desempeña don Modesto Campos Díaz , y de muchos fieles y “romeros” que portan frondosas albahacas, cultivadas especialmente para tan señalada ocasión”.
                Más adelante describe la llegada a la Ermita: “al llegar la Sagrada Imagen a su Ermita, situada cerca del mar y en las inmediaciones de un chorro de lava volcánica que, según la tradición popular, se ensanchó cerca de la Capilla para no cegarla, mientras los que conducen la Virgen la colocan en su altar, dispuesto en la nave izquierda, porque la derecha se destina al descanso de los fieles, los penitentes de las albahacas las distribuyen por todo el templo. Estas aromáticas plantas tienen la finalidad de perfumar el ambiente del sagrado recinto, algo denso a causa de la gran concurrencia que lo llena en esos días”. 
                 La familia Campos Rodríguez se ha encargado durante muchos años del arreglo de la ermita. Este trabajo lo realizaba el personal que trabajaba sus fincas, el cual recorría el pueblo, barrio por barrio, recogiendo las flores que aportaban los vecinos para tal ocasión.
                 En la finca de la Molineta, propiedad de don Modesto Campos se sembraba parte de la albahaca con la cual adornaba la ermita del Socorro.
                 Numerosos fieles bajaban cada año portando la albahaca que cultivaban en su jardín. A todos no viene a la memoria como ejemplo a Pedro Fariña (el Pollo), quien llevaba, sobre el hombro, una enorme rama de esta planta.
                 Un caso extraordinario es el de Manolo Medina y  su esposa Conchita Delgado, quienes desde el año 1989 se dedican a cultivar albahaca para ofrecerla a la Virgen.  Fue Víctor González quien les animó informándoles como se cultivaba y cuando debían plantarla. Desde ese momento dedican una parcela de su finca para tal cultivo.
                 El día 6 de septiembre, cuando la iglesia de San Pedro cierra a mediodía, adornan el Altar Mayor. Asimismo, adornan la Capilla de San Pedro Abajo y El Calvario, y aquí Isidro coloca un cubo con albahaca para que la gente la coja al pasar. En la tarde del día 6 la llevan a la Ermita de El Socorro, recién cortada para que se mantenga fresca. 
                Por otro lado son muchos los amigos que le piden para adornar sus carretas o sus casas de El Socorro.
                El día de la Octava de la Fiesta cortan la planta en la mañana, y adornan la iglesia de San Pedro en horas del mediodía. Estas plantas también engalanan las mesas de la cena que tiene lugar esa noche en la plaza.
               Durante muchos años numerosas personas pasaron por su casa, en el momento de la Bajada, para degustar la típica taza de caldo o el plato de carne acompañada de un vaso de vino de su cosecha. Esta costumbre no pudo seguir adelante porque suponía un trabajo excesivo, y el poco personal con que contaban para poder atender a tantos amigos y vecinos que les visitaban. Una vez que despedían a todos los amigos llevaban de promesa un ramo de albahaca hasta la ermita de El Socorro. De ese ramos sólo ofrecían a la Virgen un par de ramas ya que eran muchas personas les pedían durante el camino.
               Dos ramas de su albahaca, una con flor y otra sin flor, sirvió de inspiración al orfebre de Córdoba que elaboró la corona que se bendijo en la Coronación Canónica de la Virgen del Socorro el 19 de octubre de 2008. 
               Justo y merecido será un reconocimiento a su labor. Una labor callada,  laboriosa, no exenta de sacrificio y cuya recompensa es el poder ofrecer cada año su albahaca a la Virgen de El Socorro.
               La albahaca que el poeta Arístides Hernández Mora vio así en la Bajada de El Socorro:
                                 Mañanita de albahaca perfumada
                                 del siete de septiembre, de ese día
                                 en que baja a la playa en romería
                                 la Virgen hace tiempo allí encontrada.

                                 Por quien te vio, jamás será olvidada
                                 tu singular, tu típica alegría:
                                 pasodoble y timplillos en la vía
                                 y vernáculo ambiente en la Asomada.

                                 Deprisita el andar, casi en volandas,
                                 la jovial juventud lleva en las andas
                                 la dulce Reina que del mar nos vino.

                                 Chimisay es la meta, la visita
                                 que hace cada año a su lejana ermita
                                 la que nunca se pierde en el camino.

                                                                                  
  JUAN MANUEL PÉREZ GONZÁLEZ

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