¡Feliz Pascua de Resurrección para todos! No existe festividad de Pascua para nosotros, si no aceptamos morir en esa zona de nuestra propia alma en la que estamos demasiados vivos: en nuestras agitaciones, nuestros temores, nuestras tristezas, nuestros intereses, nuestro egoísmo.
Y si no aceptamos resucitar en esa zona en la que estamos demasiado muertos: resucitar a la paz, a la fe, a la esperanza, al perdón, al amor y a la alegría.
No existe festividad de Pascua sin una buena confesión. ¿Qué otra cosa es una confesión sino un morir, a nuestros caprichos, a esos tristes, débiles, pobres y ridículos caprichos que son nuestros pecados, para resucitar a la voluntad de Cristo, que es amor, esperanza, renovación y cariño?
No existe festividad de Pascua sin una comunión pascual, llena de sinceridad, de entrega a los demás, una vida de amor, de fe y de hermandad.
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